ORGULLOSOS DE NUESTRO PASADO

Era una fría noche de invierno, habiamos quedado todos los que ibamos a Huelva en un parque a las afueras de Sevilla y, justo antes de partir, decidimos inmortalizar el momento.
Esto no tendría la mayor importancia si no hablaramos de un momento histórico, de una de esas fechas que se te quedan grabadas en la mente.

Aquel día no fue importante por el numeroso desplazamiento, por los kilometros recorridos ( Huelva está muy cerquita ), por la rivalidad regional o por la peligrosidad del grupo ultra local, ni siquiera porque la única razón del viaje era buscarlo y pelearnos con él...
Aquel día fue histórico porque marco las más altas cotas de casualismo vividas en Biris Norte.

Era una época en la que ya no se sacaba la pancarta de Casuals SFC, en la que algunos hasta preferian olvidarse de ese proyecto, en la que poco se conocía de marcas de ropa y lo que se sabía del movimiento era gracias a Casuals FCB y sus hazañas... pero tambien una época en la que se estaba empezando a despuntar en la calle, en la que había un regusto de la época de Casuals SFC tanto de la gente que estaba en la grada entonces como los nuevos que estabamos empezando a corretear por este mundo maravilloso, en la que había una gran admiración a los casuals culés y eran el espejo a seguir para muchos y en la que había muchas ganas de emularles.

Con todo este cocktel se presenta el desplazamiento a Huelva. Como ya decía, ha habido muchos más numerosos, más lejanos y con rivales más peligrosos. ¿Entonces por qué es este viaje tan importante para los casuals de Biris?

Pues muy sencillo. Aunque se había planeado algún viaje a Huelva similar a éste, ninguno llevó a tanta gente ni ninguno se ejecutó tan bien. Aún ahora cuando lo recuerdo siento esa sensación única de llegar a un lugar hostil con todos tus compañeros, andar todos juntos por el estadio entre recreativistas y policía sin que nadie se percate de nada, ver que no hay rastro del grupo local y decidir esperarlo en su misma puerta de acceso a su gol.
Allí estabamos, todos juntos mezclados entre aficionados del Recreativo y algún que otro policía que paseaba tan tranquilo por la zona sin preveer la que se avecinaba. Pasaron unos minutos de incertidumbre, de acercarse la hora del partido y no tener noticias de ningún ultra rival, de no saber si regresar por donde habíamos venido a nuestro gol, desplegar las pancartas y ver el partido... pero de repente se escucho una voz, un grito:" ¡Pu-ta Se-vi-lla!¡Pu-ta Se-vi-lla!". No había duda eran ellos, venian escoltados con policía, un problema añadido a la policía a caballo que estaba arriba donde estabamos nosotros... los cánticos se hacían notar cada vez más fuertes, cada vez más cerca; empezaron a subir las escaleras que dan a su gol y allí, sin que nadie se percatase de nada, estabamos nosotros, esperando el momento de atacar con la tensión propia de lo que ya era inevitable. Llegan arriba los primeros y... el KAOS. Ostias por todos los lados, carreras y más carreras de unos y otros, la gente que estaba haciendo cola para adquirir su localidad en las taquillas o simplemente los que pasaban por allí atónitos ante lo que estaba pasando a sus ojos, ante la que se había montado de la nada, ¿por qué se pelean? ¿de donde han salido los sevillistas? ¿dónde estaban? En un momento llegó la policía y disolvió todo. No hubo ningún detenido. Fue una operación limpia, aséptica. Muchos de nosotros nos quitamos de enmedio pasando entre la policía, andando, tan tranquilamente... nadie sospechaba que esos chicos sin bufandas ni ropa de su equipo que vestian tan normal y se iban tan tranquilos eran los causantes de todo aquel kaos.
Aquella noche no hubo chaquetones Stone Island, ni polos Hackett, no hubo nada de eso; muchos ni siquiera conocerían esas marcas. Aquella noche hubo casualismo puro y duro, casualismo de verdad, el de pasar desapercibido ante policia y rivales para liarla a lo grande y que nadie sospeche de nada; casualismo que empezó en España Casuals FCB y del que nos sentimos herederos; casualismo que tiene un medio (la vestimenta) para realizar un fin (pelearse) y que no se quiere parecer en nada al que pregonan muchos hoy en día donde el fin es vestirse de tal o cual marca. Menos marquitas y más peleitas.

Ya para acabar con este primer artículo voy a volver al título del mismo. Estamos muy orgullosos de los primeros Casuals SFC, de su pancarta, de sus bombers y harringtons, de sus pintas, de sus fallos y aciertos, de ellos... porque ellos empezaron todo y lo que somos se lo debemos a ellos, ahora solo nos falta a los que llevamos un tiempo ya en esto y a las nuevas generaciones que empiezan con gran fuerza seguir honrando la memoria de aquellos que iniciaron todo.