LADRAN LUEGO CABALGAMOS

Voy a empezar diciendo que soy un simple miembro de Biris norte, con lo de simple me refiero a uno más, uno del montón. Sí, llevo ya algunos años en esto... pero desde luego no soy un veterano de la "vieja guardia", no soy uno de los más duros ni un capo o llevo algo en mi grupo, nada. Solo soy uno más. Uno que un día se le ocurrió hacer un blog para escribir sobre algo que le apasiona, el casualismo. No hay nada más.

Dicho todo esto, me congratula saber que hay gente que pierde el tiempo en intentar parodiar lo que un insignificante miembro, de ese insignificante grupo de conejos rojos y gitanos, escribe en sus pocos ratos libres. Y más me he animado, tras un duro día de trabajo, cuando llego a casa, enciendo el ordenador y veo que hasta el mismísimo "gurú del movimiento" me dedica medio artículo en su famosísimo blog.

Lo vuelvo a repetir, no soy tan importante para merecer tanta atención.

Yo he de reconocer (y esto lo digo totalmente en serio) que leo el blog del "gurú" y que de él he aprendido cosas sobre el movimiento casual que seguramente no habría hecho en otro sitio, sin ir más lejos me parece bastante correcto el artículo sobre el casualismo escocés.
Lo que pasa es que el buen amigo "gurú" se cree el ombligo del mundo y no es capaz de mirar más allá de él, algo por otra parte que se puede hacer extensible al conjunto de la población "capitalina".
Hay que ser más humilde y no titular el blog de uno englobando a todo un Estado ( te recuerdo amigo que el Madrid no es España ni siquiera Madrid es España, aunque esto último te suene a raro debo decirte que es verdad) y más cuando ahora que me critican quiero ir de pobrecito y decir que solo lo que escribo me representa a mi mismo.
Hay que saber ser más humilde y no enfadarse porque alguien no piense igual que tú o no te diga que tú y los tuyos sois los más guapos ( aunque esto último tambien te debe sonar raro acostumbrado a tanta comidita de polla de tanta gente).

Y para terminar diré que para mi el "gurú" si es iportante, me alegra el día pensar que alguien que tiene tantos amigos casual por el extranjero y que pertenece a la élite de los que nunca corren se permite el lujo de perder el tiempo leyendo lo que uno escribe y encima le dedica unas lineas.